viernes, 23 de noviembre de 2012

¿qué miras en ese espejo salvador?
¿una familia, una creación, un desamparo?
¿todas esas cosas juntas?
Esa brújula que te guía para trazar tu camino, debe primero obligarte a abandonar los apegos, tus propias conservaciones, tus prejuicios, tus miedos. Si no el viaje que emprendas será de una ajenidad tal, que hasta los adoquines estarán violentados por las mismas ideas y conceptos que te detienen, que te alejan. 
Ya no creo en el futuro, está enlazado al control, a la manipulación
todos aquellos anhelos son utópicos, planificados...
El hoy, el ayer y el ahora se regodean y entremezclan para abatir lo instituido, lo conformado herméticamente durante años. Una moral dura, añeja fue cristalizada , embrollada. Nunca discutida.
¿Cómo un pez puede nadar tan desprejuiciadamente por las distintas mareas y ríos que se le presentan?
¿Cómo un pájaro vuela y se erige por países tan disimiles?
La adaptación tan negativamente escuchada y llevada, no habla sólo de sumisión, en tantos casos comunes. También habla de apertura y flexibilidad

Dejarse llevar. Fluir. Ser. Vivir

Responder a los múltiples atravesamientos que se dan en el día a día...
La bisagra de la puerta, permite la conexión entre la pared y lo que abre y cierra a ella, si ésta se encuentra muy dura, la apertura será forzada. En cambio, si sus clavos no se encuentran lo suficientemente apretados, el deslizamiento de la puerta se dará de una manera más natural, más fluida.


domingo, 28 de octubre de 2012

el destino

El destino te patea el trasero una vez más cuando creíste poder desafiarlo,
ingenuamente, recorriste cada aspecto de su intrínseca formalidad, de lo viril,
analizaste cada plan para que no sea tu única opción posible.
Delimitaste y alineaste tus altibajos, te controlaste para no salirte de los cánones de la normalidad,
hiciste terapia, tomaste el trabajo como la obligación social que corresponde
y tuviste hijos. Caminaste derecho y cultivaste rencores sin expresarlos...
 Y todo ello, para que el día menos pensado, el tablero escupa sus fichas y te exponga como centro de la escena, interrogándote sobre todo lo que te rodea,  obligándote a abrir los ojos y darte cuenta
que las riendas nunca fueron ni serán las que veías en tus manos.

miércoles, 17 de octubre de 2012


"Lo que posees acabará poseyéndote"


El Amo es un ser para sí, dueño de un "deseo" que desea el "deseo" de otro hombre. Todo el resto no es para él más que un medio. Se reconoce a sí mismo a través del reconocimiento de "ese" otro (el esclavo es "ese" otro pero él no reconoce a este otro como un hombre). Pero la conciencia por la cual es reconocido no es más que la conciencia de un Esclavo. Existe para un hombre pero este hombre no es más que un Esclavo. El amo arriesgará así su vida biológica natural para satisfacer su deseo no biológico, histórico, social, humano. Y Hegel dice que el ser que es incapaz de poner en peligro su vida para alcanzar los fines no inmediatamente vitales, es decir, que no puede ni quiere arriesgar su vida en una lucha por el Reconocimiento, en una lucha de puro prestigio, no es un ser verdaderamente humano.
El Esclavo, por su parte, aventaja al amo: La existencia del Amo puede pues es ser exclusivamente guerrera. Lucha pero no trabaja. En cuanto al Esclavo su existencia se reduce al trabajo que ejecuta al servicio del Amo. El trabaja pero no lucha. Y según Hegel es la acción al servicio de otro lo que caracteriza al trabajo en el sentido específico y propio de la palabra, lo que hace de él una acción esencialmente humana.

El Amo combate como hombre por este reconocimiento, pero consume sin haber trabajado, es decir, como un mero ser viviente, como un animal. Tal es su inhumanidad. No puede superar este estado porque es ocioso. Puede morir como hombre, pero no puede vivir más que como animal.

El amo tiene el capital pero el esclavo forma la cultura al trabajar y sublimar las cosas ( sublimar como sinonimo de transformar ). el amo solo con el capital no funciona sin embargo el esclavo con el capital puede funcionar de manera perfecta. Asi en algun punto se invierten los lugares y el amo termina siendo esclavo de su propio esclavo

Mi alma apenada nunca será elegida
ni por él, ni si quiera por mí.
¿Qué puede ofrecer lo que nunca tuvo pie para recibir?
¿Quién espera de un cofre cerrado en sí mismo como una almeja enterrada?

¿Será que en el fondo no hay nada que ofrecer, y sí todo para esperar, ya que en el mismo esperar lo que se da es puro desprejuicio y apertura?