Estoy cansado, claro, porque a estas alturas uno tiene que estar cansado. De que estoy cansado no lo sé: de nada me serviría saberlo pues el cansancio seguiría igual. La herida duele porque duele, no en función de la causa que lo produjo. Sí, estoy cansado, y un poco sonriente de que el cansancio sea sólo esto: ganas de sueño con el cuerpo, deseo de no pensar en el alma y por ensima de todo una transparencia lúcida del entendimiento retrospectivo...¿Y la lujuria sin par de no tener ya esperanza? Soy inteligente: eso es todo.
He visto mucho y he entendido mucho lo visto y hay un cierto placer en el cansancio que eso da: que al final la cabeza siempre sirva para algo.
Fernando pessoa
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