martes, 15 de noviembre de 2011




Imagino un mundo sin preocupaciones, sin teléfonos, ni imágenes de ventas. Un lugar donde vos y yo nos propongamos ser libres de todos estos hilos que nos cuelgan, de todas estas voces que nos callan, de las luces que nos contaminan. Para dejar de actuar, de fingir y de limitar nuestros pensamientos. La inhibición constante a cambio de un "encajar" en un molde incómodo y atroz, quizás también describirlo como lúgubre por la simple analogía a un cajón de funeraria.
Cuando me preguntan que animal sería, desde que tengo 5 años, respondo un pájaro, aunque éste esté expuesto a los impunes y barbudos cazadores.... Después de todo ¿quién no está expuesto a la violencia y acecho de hostilidades?... La diferencia radica en la forma. En las alas, que ágiles encaran para cualquier mundo y parte integrante del universo. Que se dirijen sin tapujos hacia otros cielos. La diferencia está en conocer la diversidad. Los pájaros tienen más millajes que cualquier viajante empernido, y todo esto gratis. Tienen múltiples parates y alimentos de todo tipo y clase, pueden comer frutos venezolanos, mexicanos e indúes. Carecen de prejuicios con respecto a los árboles. No invaden a nadie, porque creen que todo lugar es público: ellos pueden posarse donde quieran. Iluminan, alegran y despiertan a todos con su canto. No poseen días malos. Trabajan más que ninguno por su alimento, deben volar escapando del invierno. Son seres grupales, se manejan principalmente en bandadas...
 La libertad no tiene su precio, ni su costo. Es en sí misma, el ser y el dejar ser. La idea de igualarla con algo económico, es parte de una concepción misma de libertad, CUESTA. VALE. DEBE.
El respeto siempre engendra libertad, la libertad nace de ello e implica más respeto. Ser y dejar ser en una misma moneda. Let it be..

No hay comentarios:

Publicar un comentario