La eterna credulidad de los deseos implacables,de pensar en un progreso y creer en una felicidad latente. La eterna credulidad de ser certero y firme con las acciones y los pensamientos,ya que unos desembocan en otros, y éstos de aquéllos. El que pueda hacerlos correlativos será un verdadero ejemplo para los demás. Creer es ver, y ver es creer... Lo utópico dejará de serlo cuándo desconfiemos de su característica mágica e imposible.
miércoles, 30 de mayo de 2012
Siempre odié el tiempo; su transcurrir, su pesar, la nostalgia que conlleva.
Sin embargo, cada vez me convenso más, de que puede ser un gran aliado.
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