La eterna credulidad de los deseos implacables,de pensar en un progreso y creer en una felicidad latente. La eterna credulidad de ser certero y firme con las acciones y los pensamientos,ya que unos desembocan en otros, y éstos de aquéllos. El que pueda hacerlos correlativos será un verdadero ejemplo para los demás. Creer es ver, y ver es creer... Lo utópico dejará de serlo cuándo desconfiemos de su característica mágica e imposible.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
*...Y después de todo sólo nos quedaba,nos quedaba la lúgubre tarea de seguir siendo dignos,de seguir viviendo con la vana esperanza de que el olvido no nos olvide demasiado.-
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