Entonces,
van pasando los días, entre
abrigos y esmeraldas, llantos
y los amigos; el planeta se pone
de acuerdo en que te olvide, el calendario
transcurre como si de ti nada se tratara.
Pero cuando uno está obstinado; ni el mundo, ni los amigos,
ni el calendario, ni los cipreses cuentan, entre tanto astío.
van pasando los días, entre
abrigos y esmeraldas, llantos
y los amigos; el planeta se pone
de acuerdo en que te olvide, el calendario
transcurre como si de ti nada se tratara.
Pero cuando uno está obstinado; ni el mundo, ni los amigos,
ni el calendario, ni los cipreses cuentan, entre tanto astío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario